domingo, 16 de septiembre de 2012

RAINER MARIA RILKE





Hay ocasiones en que, a mitad de la cena, un hombre se levanta,
sale de su casa y emprende el camino
que habra de conducirle a una iglesia que se yergue
en algun lugar incierto,
y sus hijos lo ensalzan como si hubiera muerto.
Otro, en cambio, permanece encerrado en su casa,
protegido por su plato y por su vaso,
y son sus hijos, entonces, quienes se ven obligados a salir al mundo
en busca de la iglesia que su padre olvidara.

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